Comunicaciones Técnicas de Café

Número 87 - Abril 2018

Ramírez Caficultura desde Costa Rica

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Caída del fruto pequeño después de floración. ¿Hasta dónde

es situación normal o falta de atención a la plantación?

Ing. Jorge Ramírez Rojas
Consultor Experto en Café

Etapa final del proceso de floración

El proceso de la floración del cafeto corresponde a un periodo que se desarrolla por varios meses, el cual se inicia con la etapa de diferenciación del tejido productivo que ocurre entre los meses de octubre y noviembre de un año y concluye con la apertura floral o antesis que es inducida principalmente por las lluvias de marzo y abril del año siguiente.

En condiciones de periodo seco y lluvioso bien definido por lo general asociado al clima de influencia del Pacífico, los botones florales maduros permanecen en un estado de reposo por unos dos o tres meses hasta que lluvias de cierta magnitud rompen el estado de dormancia, provocando la floración después de unos 8 a 12 días según la zona de cultivo.

La caída de los frutos del cafeto después de la floración es un problema que siempre causa gran preocupación a los caficultores, y con razón, ya que después de una buena floración la expectativa es tener una buena producción.

Sin embargo, hay que considerar que el fruto pequeño después de la floración está expuesto a la influencia de diferentes factores que pueden resultar favorables o no para alcanzar un buen “cuajamiento”. Varios de estos factores están relacionados con aspectos climáticos en particular la precipitación y otros con la condición agronómica y nutricional de los cafetos producto del manejo a la plantación durante el año anterior.

 

Fructificación después de la floración

La etapa I de la fructificación inicia en el mismo momento de la fecundación y se puede extender posteriormente por unas seis semanas, es un período donde hay muy poco crecimiento del fruto pequeño en peso y volumen. En esta etapa la presencia o ausencia de lluvias no compromete el desarrollo final del fruto, por lo que la ocurrencia de un periodo seco después de la floración, no constituye factor de riesgo para la cosecha.

La etapa II del proceso de fructificación ocurre entre la semana 7 y la semana 16 después de la fecundación, el fruto crece rápidamente en volumen y peso seco, debido principalmente al crecimiento del pericarpio. El tamaño que adquieran las cavidades donde irá la semilla depende del estado hídrico de la planta, por lo que la lluvia durante esta etapa es determinante para el tamaño del grano.

Precisamente es con el inicio de la época lluviosa cuando se da el momento adecuado y oportuno para llevar a cabo la primera fertilización al suelo, la cual perfectamente se puede complementar con aspersiones al follaje para nutrición foliar y prevención de enfermedades fungosas.

En la continuación del proceso de crecimiento del fruto y de llenado del grano hasta alcanzar la maduración se cumplen la etapa III y la etapa IV del proceso de fructificación, donde aún muchas situaciones imprevistas se pueden presentar y por eso es bueno estar atento para tratar de minimizar desórdenes fisiológicos que pueden provocar también la caída de frutos y pérdidas de cosecha en este periodo.

 

Factores asociados a la caída de frutos pos-floración

Aunque pueda parecer extraño decirlo, la caída de frutos siempre ocurre principalmente en plantaciones altamente productivas establecidas a plena exposición solar, ya que en muchas de las regiones cafetaleras donde se manejan estos sistemas de cultivo, los cafetos están sometidos al calor y altas luminosidades donde en ocasiones también se pasa por periodos de sequía.

Por eso es oportuno indicar que aunque en condiciones no sombreadas la producción de frutos es más alta, a la vez el desarrollo vegetativo se ve bastante afectado ya que la mayor parte de las variedades conservan atributos fisiológicos de plantas sombreadas y no desarrollan mecanismos compensatorios para mantener su carga de frutos balanceada con la disponibilidad de carbohidratos de reserva.

Es importante tener claro que tanto en el proceso final de la floración como en la primera etapa de fructificación habrá pérdida de botones florales y caída de frutos, y que lo realmente determinante es que la condición agronómica con que llegan los cafetos a este periodo, sea la más adecuada para que el porcentaje de cuajamiento pueda ser el más alto posible.

Sobre este tema se han realizado estudios que señalan que entre el proceso de floración y el avance de la primera etapa de fructificación, a partir de un número inicial de flores, la cantidad de frutos pequeños registrados no llega a sobrepasar el 40% de las flores contabilizadas al comienzo, y que inclusive este porcentaje puede ser mucho menor cuanto más defoliado esté el café.

De este modo se puede indicar que un alto número de flores en los nudos solamente podrá ser relacionado con altos rendimientos productivos, si la planta ha mantenido área foliar disponible suficiente para sostener la mayor proporción posible de frutos, siendo que las hojas son reservorio de carbohidratos que son fuente importante para el cuajamiento de los frutos.

Esto permite entender la importancia de que los cafetos sean bien nutridos y atendidos con fertilización adecuada durante el año anterior. Asimismo, el ¿por qué? es muy poca la expectativa de lograr mejoramiento adicional significativo de la productividad, mediante aspersiones con nutrientes foliares ya propiamente en la época de floración y mucho menos esperar tal efecto aplicando productos fungicidas sobre tejido sano en este periodo.

Por el contrario, es preferible racionalizar la inversión para destinar los recursos disponibles en la atención del cultivo con buena nutrición después de iniciado el periodo lluvioso. Tal opción adquiere especial importancia para los caficultores en las duras épocas de los bajos precios del café, cuando no existe justificación alguna para cargar aun más los costos de producción con gastos adicionales.

Así las cosas, se debe aceptar que la caída de frutos es un fenómeno natural del cafeto, aunque por supuesto que hasta cierto límite, más allá del cual más bien se estará en presencia de una situación de mucho impacto económico negativo, ya que se trataría de la caída anormal de la cosecha, en cuyo caso las medidas correctivas mediante los ajustes en el manejo de la plantación deben ser implementadas a partir del inicio del periodo lluvioso.

Referencia: Revista Campo y Negocios de Granos, octubre 2016.