Agotamiento productivo del cafeto
La producción del cafeto se desarrolla en la
porción de las ramas plagiotrópicas que crecieron en la temporada anterior y el
tejido productivo se va desplazando año con año hacía los extremos de las
ramas, dejando a partir del tallo una porción cada vez más amplia de tejido
agotado sin capacidad productiva.
Luego de que los cafetos han dada sus mejores
cosechas es común encontrar en el tercio medio y el tercio inferior de la
planta, ramas muy largas que en su parte interna carecen de ramificaciones,
están desprovistas de hojas y apenas tienen algunas puntas con producción.
A pesar del bajo potencial productivo para la
totalidad del tejido de esas plantas, la mayoría de las veces el tercio
superior manifiesta una buena expectativa de cosecha al presentar ramas con
crecimientos nuevos y bastantes nudos que pueden todavía dar una cantidad
apreciable de producción.
Un nuevo tipo de poda (PPA)
Es bien sabido que una de las situaciones que a
veces desestimula al productor para llevar a cabo la poda, es tener que
derribar la parte superior de las plantas todavía con cosecha que en la suma de
su aporte potencial de producción por área puede ser bastante considerable.
Una forma racional de manejo de tejido en
plantaciones que han alcanzado esa condición de agotamiento productivo,
consiste en llevar a cabo un esqueletamiento o poda de ramas solamente en el
tercio medio y en el tercio inferior de los cafetos para conservar la cosecha
que se encuentra en el tercio superior. A este tipo de poda se le ha denominado
Poda Parcial del Arbusto (PPA)
De esta manera se puede “salvar” la cosecha de la
parte superior de la planta en el mismo año de poda, mientras que en la
estructura principal de la planta se estimula el desarrollo de nuevos
crecimientos y la rápida recuperación de follaje que estará produciendo de
nuevo al año siguiente.
Cabe destacar que, como respuesta a este manejo, el
brote apical que se mantiene en el ápice del tallo ortotrópico, ejerce una
fuerte dominancia apical que restringe el crecimiento de "chupones" a
lo largo del tronco principal, lo que significa una ventaja económica al no
requerirse del uso de mano de obra para realizar deshijas.
Como el cafeto responde muy bien a este tipo de
poda, al año siguiente después de la poda, la copa retorna a su forma original
mostrando un nuevo y vigoroso follaje con una distribución de producción en
toda la extensión de la planta.
