Comunicaciones Técnicas de Café

Número 163 - Septiembre 2023

Ramírez Caficultura desde Costa Rica

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Mitos y realidades sobre la respuesta y el manejo de la poda
baja o recepa en plantaciones de café

Ing. Jorge Ramírez Rojas
Consultor Experto en Café

La poda baja o recepa

Es una poda profunda que consiste en eliminar la parte aérea de la planta mediante un corte que se realiza a una altura de 25 a 30 cm del suelo. Por su característica de altura de corte, la recepa se considera como un tipo de poda drástica que se utiliza cuando el cafeto manifiesta un agotamiento generalizado del tejido productor.

Según sea la condición que presentan las plantas al momento de la poda, el tronco remanente de la recepa puede quedar completamente desprovisto de ramas o mantener todavía algunas ramas bajeras fisiológicamente activas también llamadas “pulmones”.

Importancia de la recepa

Este tipo de poda es la práctica más importante para llevar a cabo la renovación total del tejido productor del cafeto, por lo tanto, la recepa, siempre debe estar integrada al desarrollo de cualquier sistema de poda que se lleve a cabo a largo plazo, que es precisamente el espacio de tiempo necesario para mantener una productividad rentable y sostenible en un cultivo permanente como el café.

Mitos y realidades

Debido a información divulgada con opiniones y recomendaciones que señalan diversos inconvenientes y desventajas de la práctica de la poda baja o recepa; respondemos solicitudes de técnicos y productores de café que un tanto confundidos por estas apreciaciones nos han solicitado nuestro punto de vista sobre este tema, el cual procuramos resumir en ocho puntos básicos de la siguiente manera:

 

1. Mito: Existe mucha información que demuestra que las áreas recepadas producen menos en comparación con áreas sometidas a otros tipos de poda.

Realidad: Mas bien hay muy poca información disponible sobre el tema con resultados consistentes de ensayos comparativos realizados a largo plazo (evaluación de 8-10 periodos de cosecha). En estos ensayos de tiempo prolongado se ha demostrado que la recepa comienza con sus mejores cosechas después del tercer año, llegando más adelante a superar la productividad de otros tratamientos de poda.

La confusión se genera cuando se informa de manera concluyente que, la recepa produce menos que otros tipos de poda, pero tomando como base los datos provenientes únicamente de la evaluación de los tres primeros periodos de cosecha. Obviamente en esta comparación los resultados van a favorecer los tipos de poda menos drásticos (podas altas y poda de ramas) ya que estos comienzan a producir abundante cosecha desde el segundo año después de la poda.

 

2. Mito:  El cafeto a veces no responde bien a la recepa (emisión de brotes y nuevos crecimientos), ya que con este tipo de poda se pierde una proporción importante de raíces.

Realidad: Semanas después de la recepa se llega a perder un porcentaje considerable de las raíces. Esto sucede porque en ausencia de la parte aérea, el sistema radical actúa como fuente de carbohidratos para el crecimiento inicial de los nuevos tejidos del tronco que pasan a funcionar como un dreno importante que agota parte de las reservas orgánicas lo que provoca muerte de raíces.

Sin embargo, gradualmente la parte aérea se reconstituye y el nuevo follaje pasa a realizar fotosíntesis en su máxima capacidad, volviendo a comportarse como fuente de carbohidratos, abasteciendo al sistema radical que en este caso actuará como dreno. A partir de ahí nuevas raicillas se estarán formando para la recomposición del sistema radical hasta alcanzar su condición normal.

 

3. Mito: En las áreas donde se realizan recepas aumenta la cantidad de plantas perdidas o fallas.

Realidad: Cuando se realizan recepas principalmente en áreas con altas densidades de siembra aparecen plantas perdidas o muy enfermas que deben ser arrancadas y sustituidas por otras nuevas. Esto no se debe propiamente a la recepa, sino a que en estas poblaciones siempre existen con anterioridad plantas perdidas o muy dañadas las cuales no son percibidas con facilidad sino hasta que quedan en evidencia al desaparecer el follaje en el lote por motivo de la recepa.

 

4. Mito: Cuando se realiza la recepa se elimina mucho tejido todavía con potencial productivo lo que va en detrimento de la productividad de la plantación.

Realidad: Tal como se definió al inicio de este artículo, la recepa se debe utilizar cuando el cafeto presenta un agotamiento generalizado del tejido productor. Esto significa que llegado el momento adecuado para realizar la recepa, la preparación de cosecha en planta es muy reducida afectando muy poco la productividad de la plantación.

Por el contrario, la recepa va a permitir la renovación total del tejido asegurando la recuperación de la productividad sostenible de la finca con base en las altas cosechas que se comienzan a obtener a partir del tercer año.

 

5. Mito: Con la recepa aumenta la incidencia de enfermedades causadas por hongos habitantes del suelo.

Realidad: Esto solamente ocurre en zonas muy lluviosas con menos de tres meses secos al año, lo cual se puede prevenir subiendo unos 10 centímetros la altura de poda y realizando el corte en forma inclinada.

 

6. Mito: Con la recepa aumentan los costos de manejo para la atención de las áreas podadas

Realidad: Con la recepa se retira más cantidad de biomasa (tallos, ramas y hojas) lo que en principio puede significar mayor costo por corte y traslado de los residuos de poda. Sin embargo, el costo adicional para alistar la madera remanente de los tallos cortados será plenamente compensado por el aporte al suelo de la materia orgánica y nutrientes proveniente del material distribuido entre las calles, además, debido a que los residuos son aprovechados en el mismo sitio de la poda, no se genera costo por transporte del material.  

 

7. Mito: La recepa tiene un efecto similar a otros tipos de poda para el control de plagas y enfermedades.

Realidad: La recepa es la práctica de poda que más contribuye al control de la plaga de la broca y de muchas enfermedades fungosas como roya (Hemileia vastatrix), mal de hilachas (Pellicularia koleroga), ojo de gallo (Mycena citricolor) y mal rosado (Corticium salmonicolor), ya que con esta práctica toda el área podada va a permanecer libre de frutos brocados por largo tiempo a la vez que se retira el inóculo residual de patógenos que se encuentra en el tejido enfermo y dañado.

 

8. Mito: Para mejorar los rendimientos de su finca, los pequeños productores que actualmente utilizan la recepa, deberían dejar de realizar esta práctica y cambiarla por otros tipos de poda.

Realidad: En fincas productivas pequeñas por sus características de manejo más bien es ventajoso el uso de la recepa, eso sí alternando esta práctica, con la realización de otros tipos de poda menos drásticas dependiendo del grado de agotamiento de los cafetos. Se debe recordar que, durante la mayor parte de su vida útil, el cafeto estará respondiendo al manejo de diferentes tipos de poda de acuerdo con la condición agronómica que va presentando la planta a través de sus años productivos. Por esta razón no conviene promover preferencia entre los productores para el uso de algún tipo de poda en particular, sino más bien enseñar que todos son importantes para mantener cafetales productivos siempre que se utilicen en las condiciones y momento apropiado.